Monday, October 21, 2013

¿La creación de vida artificial tiene implicaciones morales?

Para los filósofos Douglas, Powell y Savulescu la respuesta a esta pregunta tiene una contestación rotunda: No.

Es una pregunta que ha tenido un amplio eco en la prensa popular tras el debate ético-filosófico que causó el anuncio por el Instituto J. Craig Venter en 2010 de la creación de una bacteria auto-replicante con un genoma completamente sintético.  Una variante del genoma de Mycoplasma mycoides se creo de unidades químicas básicas y se insertó en una bacteria de una especie distinta de Mycoplasma a la que se le había extraído su genoma natural. Este hecho se vio como la primera vez que se creaba vida artificial en el laboratorio.

Pincha aquí, para ver la nota de prensa del Intituto J. Craig Venter.

Para Douglas, Powell y Savulescu, lo que importa, según ellos, es la naturaleza de la vida en cuestión y sus poderes causales, no cómo fue derivada. Para ello empiezan definiendo que es lo que se entiende por vida artificial o sintética.

Un organismo es artificial en caso de que 1) todos los elementos centrales del organismo sean construidos inicialmente de partes químicamente simples y no-vivas sujetas a la especificación de una persona u otro ser racional natural y/o 2) desciende de un organismo o par de organismos (en caso de criaturas sexuales) y ha sido construido de esta forma.

A esta definición de vida artificial le anexan cinco matizaciones o enmiendas.

Primera, para ser vida artificial no tiene porque ser un organismo nuevo en su especie o género fenotípicamente o genéticamente. No afecta a su artificialidad que un organismo artificial sea de una especie preexistente. Segundo, la bacteria auto-replicante del Instituto J. Craig Venter no es vista por todos lo biólogos como vida artificial en tanto que el genoma es parte central del organismo y fue construido de partes simples y no-vivas pero existen estructuras en el citoplasma que tambíén se pueden considerar centrales. Tercero, hay que resaltar "incialmente construido" porque a diferencia de las maquinas artificiales humanas estas se desgastan con el uso y están compuestas por partes que no cambian, no así los organismos vivos que cambian sus partes constantemente hasta su muerte. Sin embargo, un organismo vivo inicialmente construido como artificial seguirá siendo artificial a perpetuidad. Cuarto, se emplea "desciende de" porque cualquier organismo del linaje de un organismo artificial también sera artificial porque forma parte de una cadena causal cuyo primera causa fue artificial. Y finalmente, esta definición de artificial no cubre animales y/o plantas domesticadas por selección artificial, ni organismos genéticamente modificados porque estos no han sido creados de elementos químicos simples y no-vivos.

Una implicación moral es la relevancia o significado moral que tiene un hecho o acto. En el debate sobre la vida artificial es importante tener en cuenta que el concepto de relevancia moral se presenta en un sentido negativo. Los autores toman las implicaciones morales de la vida artificial como relevantes en el caso de que haya razones morales para no crear organismos artificiales y que estas razones sean especificas a la práctica de la creación de vida sintética.

Es la parte de "creación" lo que muchos éticos encuentran moralmente significante y problemático y son tres los argumentos que se han utilizado para criticar la vida artificial que Douglas, Powell y Savulescu, contrargumentan. Estos son: jugar a ser Dios, fomentar el reduccionismo, y un argumento desde la teleología evolucionista.


Jugar a ser Dios:

Una variante de este argumento es religioso y dice que no podemos usurpar el papel de Dios en la naturaleza haciendo lo que la divinidad hace. En resumidas cuentas, dice que los humanos no podemos intervenir en ciertas áreas prohibidas. Una versión secular diría que los investigadores o científicos están movidos por una arrogancia o megalomanía irracional. Esta versión de jugar a ser Dios se ha utilizado contra los recientes usos de la tecnología biomédica de aumentar o engrandecer las capacidades de las personas, o la selección de características de los embriones (bebes a la carta). Los críticos dicen utilizando el argumento de jugar a ser Dios que las capacidades de las personas han de ser vistas con humildad y aceptación, lo que el filósofo Michael Sandel llama "giftedness". Otra versión secular del argumento de jugar a ser Dios dice esta tecnología tiene consecuencias negativas, riesgos o peligros que no somos capaces de prever porque están en el limite del conocimiento humano. Douglas, Powell y Savulescu dejan de lado la versión religiosa y se centran en las variantes seculares. Con respecto al riesgo de crear vida artifical dicen que lo que importa son las propiedades causales del organismo y no su etiología. Organismos derivados de un patógeno peligroso como el Bacillus anthracis que causa el ántrax no pueden ser igualmente peligroso que un organismo artificial creado para fermentar productos. No hay razón para creer que organismos con propiedades causales (la forma de interactuar con su entorno) distintas tengan el mismo tipo de peligro o riesgo simplemente porque uno sea artificial. Es decir, no hay que creer que instancias de vida artificial puedan invariablemente suponer más riesgos que la vida similar derivada. Con respecto a la variante del argumento de jugar a ser Dios que concierne con las actitudes los autores no creen que las actitudes de un biólogo sintético sean mucho más objetable que las de un microbiólogo cuando intenta modificar un organismo para crear un fármaco

Fomentar el reduccionismo:

Dentro de la ética de la biología sintética hay una tradición que cree que la creación de vida artificial hará ver en la conciencia de la gente que la vida no es nada más que un conjunto de genes y procesos bioquímicos. Les preocupa que esta forma de ver la vida subestime el estatus especial que la vida tiene y los valores que la adscribimos. Para Douglas, Powell y Savulescu va más allá del propósito de su artículo demostrar la validez del reduccionismo como metdología científica y que son los filósofos de la ciencia y los científicos los que se tendrán que poner de acuerdo, pero lo que si que tienen claro es que su validez no ven como puede afectar a la ética. En todo caso si afecta al vitalismo, doctrina biológica que ningún científico ni biólogo hoy en día acepta, porque considera que la vida proviene de una fuerza especial y no de los procesos físicos. Que la vida viene de procesos físicos o que está determinada por ellos es algo que no hay científico que pueda negar. Hay muchas tesis reduccionistas pero la idea de que la vida no es más que una colección de procesos bioquímicos es falsa. Porque hay distintos niveles de organización y la vida no se puede reducir a moleculas. Hay rasgos fenotípicos, sistemas, células, moléculas, genes y no todos ellos tienen un estatuto ontológico de reducción directa unos a otros. EL reducconismo pese haber sido una metodología de explicación científica muy influyente hoy en día es contestada. Pero la creación de la vida artificial no supone la aceptación de ninguna tesis reduccionista e incluso si este es el caso tampoco es claro que lleve a la aceptación de ninguna nueva o incorrecta forma de entender el valor de la vida. Para Douglas, Powell y Svulescu el mero hecho de estar vivo no confiere un estatus moral es la vida psíquica la que supuestamente confiere valor, las facultades de sentir dolor y placer, racionalidad y facultades mentales. Porque sino los protozos o los mosquitos de nuestras ventanas tendrían el mismo valor que nosotros y no es así.

Un argumento de la teleología evolucionista:

Un tercer argumento en contra de la creación de vida artificial es que la vida sintética no encaja bien dentro de la dicotomía artefacto-organismo que los metafísicos establecen y por tanto deja a toda vida artificial en una situación de estatus ontológico incierto. Los críticos al utilizar este tipo de argumento dicen que las metáforas empleados en la biología sintética tales como comparar los segmentos de ADN como "piezas de lego" o la vida artificial como "maquinas vivientes" sirve para identificar organismos con artefactos y a la largo reducir el valor que atribuimos a la vida debilitando las razones de la sociedad para respetarla. Douglas, Powell, y Savulescu entienden las preocupaciones de quienes aducen el estatus ontológico incierto de la vida artificial si su preocupación es sobre el estatus funcional de estos organismos, en la medida en que un estatus funcional incierto conduce a un estatus moral incierto porque un estatus moral incierto está ligado a intereses y los intereses a funciones.Muchos filósofos de la biología estarían de acuerdo en que los organismos funcional bien o funcionan mal. De acuerdo a la teoría etiológica de la función, la función de un rasgo es el efecto por el cual fue seleccionado, esto es, el efecto que causalmente explica la proliferación de dicho rasgo en la población vía selección natural. A esto lo llaman teleología evolucionista. Si uno cree que el estatus funcional de los organismos vivos depende de su etiología evolucionista en la forma especificada por la teleología evolucionista uno se puede preguntar qué es lo que determina el estatus funcional de un organismo artificial, si estos no han evolucionado vía selección natural sino que fueron creados de novo. Una forma de darle un estatus funcional cierto y por consiguiente una teleología evolucionista es considerar la función por la que fue creado o va a ser usado por un ser racional. Pero esta respuesta no es del todo convincente porque no toda la vida artificial puede determinarse su estatus funcional (y moral) de esta forma. Otra solución es darle el estatuto funcional (y moral) idéntico al de la forma de vida natural más relacionada con él. Tomando una perspectiva aristotélica aceptan la siguiente premisa que denominan Funcionalismo Prudencial: todo organismo tiene como interés funcionar bien, la siguiente premisa Prudencialismo moral: los intereses de un organismo dan lugar a protecciones morales. El problema es que la conjunción de estas tres tesis da lugar a previsiones morales con resultados poco plausibles. Uno de ellos daría como resultado fuera de toda moral ordinaria que las bacterias tienen derecho a ser protegidas moralmente. Douglas, Powell, y Savulescu creen que lo que importa para conferir estatus moral a los organismos sean naturales y evolucionados según la teleología evolucionista o vida artificial son sus propiedades no-genealógicas como las capacidades mentales, porque si la genealogía evolucionista es importante para conferir estatus moral el estatus incierto resultante lo tienen tanto organismos derivados como artificiales.


Como conclusiones, evaluados los tres argumentos para otorgar una relevancia moral a la creación de vida artificial Douglas, Powell y Savulescu creen que ninguno de ellos tienen éxito a la hora de sugerir implicaciones morales por crear vida artificial.




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ResearchBlogging.orgDouglas T, Powell R, & Savulescu J (2013). Is the creation of artificial life morally significant? Studies in history and philosophy of biological and biomedical sciences PMID: 23810562



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