Friday, August 06, 2010

Neuroarquitectura: edificios y cerebros.

Pasamos mas de un 90% de nuestro tiempo consciente dentro de los edificios.

Los edificios no estan vivos (bueno, algun arquitecto igual te diria que si) pero los seres humanos interactuamos con ellos o por lo menos nos facilitan (o deben facilitar) la posibilidad de interactuar con otras personas.

Establecer un vinculo entre la practica y diseño arquitectonico y la neurociencia (el estudio del cerebro) no es facil.

Pero como nuestro cerebro es el organo que nos permite interactuar con el mundo y los edificios forman parte de nustra realidad cotidiana un esfuerzo por estudiar una de las disicplinas mas antiguas de la civilizacion humana (la arquitectura) en relacion con la investigacion del cerebro es recompensante.

Desde hace mas de 50 años los cientificos sociales han observado como la iluminacion, orientacion, color y diseño de los espacios y edificios mejoran la producividad de los trabajadores, los escolares obtienen mejores resultados academicos y los pacientes en los hospitales permanecen durante menos tiempo porque mejoran de su convalecencia.

El canon arquitectonico se establecio hace 2000 años con la obra del arquitecto romano Marcus Vitruvius Pollio que hoy conocemos como Los diez Libros de Arquitectura.

Todo edificio debe exhibir firmitas, utilitas, venustas (firmeza, utilidad y belleza).

Aun asi, hoy en dia estas cualidades estan poco estudiadas, sobre todo el aspecto funcional o utilitario y no digamos la sempiterna discusion filosofica sobre que es un edifico bello.

Los edificios deben responder a las necesidades de sus ocupantes y no solo producir una respuesta estetica.

El cerebro nos permite percibir, pensar, comportarnos, reproducirnos, comer, beber y todo el resto, nos recuerda Michael Gazzaniga, pero poco sabemos como el diseño arquitectonica influye en estas experiencias.

John P. Eberhard miembro de la Academia de Neurociencia para la Arquitectura fundada en el 2003 nos sugiere que la clave para entender la influencia del diseño arquitectonico en los seres humanos esta por conocer aun mas y mejor la neurobiologia de la conciencia.

Desde la Academia se potencian distintas lineas de investigacion:

sensacion y percepcion (como vemos, olemos, oimos...)

memoria y aprendizaje (como almacenamos y recordamos nuestras experiencias)

toma de decisiones (como decidimos)

emociones y afecto
(que nos hace estar tristes o alegres)

movimiento (como interactuamos en el espacio y navegamos por el)


Desde un entendimiento de como los qualia (termino filosofico para referirse a las experiencias conscientes) se correlacionan con la anatomia neurologica del cerebro los diseñadores estaran en una mejor posicion para cambiar las experiencias de los ocupantes de los edificios o los transeuntes de los espacios.

Hay una region del cerebro llamada en ingles Parahippocampal Place Area (PPA) que se activa solo con la percepcion de lugares y no otros objetos y cada vez que una persona esta en un determinado espacio o recuerda estar en un espacio que fue novedoso para ella (Epstein y Kanwisher 1999).

Con el primer intento de vincular arquitectura y cerebro teniendo en cuenta esta area cerebral se han dado casos historicos del impacto de la neurociencia en el diseño.

Las unidades de cuidados criticos en pediatria conociendo los distintos estadios de desarrollo del cerebro del recien nacido han cambiado sus diseños que hasta entonces solo cubrian las necesidades de los doctores y personal de enfermeria hacia un diseño orientado a cubrir las necesidades del infante en desarrollo facilitando la maduracion cerebral de este.

Por otra parte, la influencia tambien recorre el sentido inverso. El diseño tiene un impacto en el cerebro.

Promoviendo el interes por la neuroarquitectura, el estudio del diseño y practica arquitectonica y su influencia en las experiencias humanas, estaremos mejorando la vida de las personas, nos dice John P. Eberhard.


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ResearchBlogging.orgEberhard, J. (2009). Applying Neuroscience to Architecture Neuron, 62 (6), 753-756 DOI: 10.1016/j.neuron.2009.06.001

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